jueves, 4 de abril de 2019

EL HURACÁN QUE UN DIA PASÓ A SER UN SIMPLE VIENTO

Épocas doradas se vivían en Parque Patricios, tras un gran campeonato y una meritoria clasificación a la Copa Libertadores, competición donde hoy, lamentablemente, el Globo está dando lástima.

Foto: Infobae
En esta nota, me tomaré una licencia, una licencia del rol objetivo (si es que este existe) que debería cumplir, una licencia de no hacer solamente una crónica de un partido digno para el lamento y la indignación, sino también un breve análisis de lo que está atravesando hoy en día nuestro querido Huracán.

Ayer en Venezuela, como hace ya varios partidos, se vió un Huracán penoso, un Huracán que hace mucho tiempo no se veía. El equipo que supo pelear los primeros puestos la temporada pasada, hoy se encuentra al borde del abismo, un abismo que, cada día que pasa se va acercando tenebrosa y fugazmente. Realmente en este lugar donde nos encontramos, no sabría decir si es el precipicio lo que nos atemoriza o simplemente la desesperación de ver como la caída al vacío por la que atravesamos no tiene punto final.  

Con un técnico que en tan solo cosechó cinco puntos de treinta y nueve posibles (ganó uno, perdió ocho y empató cuatro) no se puede aspirar a grandes cosas. De más está decir que, Antonio Mohamed agarró al equipo en zona de clasificación a la Copa Libertadores 2020 y a nueve puntos del puntero, pero hoy se encuentra con una remota chance de entrar a la Sudamericana del año que viene si se dan los resultados, es decir que, Huracán dejó de depender de si mismo para lograr un mínimo conformismo en sus hinchas.

Cuando estaba viendo el partido ante Deportivo Lara, en el primer tiempo noté que el equipo estaba perdido, pero en todos los sentidos. Los jugadores no sabían que hacer con la pelota, no sabían como posicionarse adentro de la cancha, se sacaban a la "redonda" de encima y tomaban decisiones totalmente erróneas. Más allá de esto y de que se los acuse de alguna trama que planearon dentro del vestuario, casi los once jugadores que disputaron la mayoría de los encuentros esta temporada, fueron los mismos que hicieron una gran campaña el año pasado. 

Nuevamente Huracán es castigado y azotado por un capricho, un capricho dirigencial en mantener a un técnico que no se le dan los resultados por el simple hecho de que ame o diga amar al club, un capricho del entrenador al no adaptarse al funcionamiento y limitaciones (así como virtudes) de los jugadores, sabiendo lo que esto implica. 


Por: Ignacio Sasson (@Ignacio_Sasson)

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