sábado, 20 de abril de 2019

QUERIDO GLOBO...

Escribir estas palabras de tristeza no es lo que hubiera deseado, preferiría seguir saltando eufóricamente en la tribuna a estas horas del día de hoy, pero no se dió como lo planeábamos. 

Foto: Prensa C.A Huracan.

Para fortuna de algunos y desgracia de tantos otros, el fútbol en estas instancias solo tiene dos alternativas posibles; la gloria o el fracaso. Ayer nos tocó fracasar. ¿Puede ser que en la mayoría de los casos lo hagamos? Si, puede ser. Sin embargo, la gente siempre acompaña. Ante San Lorenzo se vivió un marco espectacular, se estima que asistieron casi 40.000 personas al Ducó, pero esto no fue suficiente para lograr la gloria.   

¿Cuantas veces leímos que el fútbol no reconoce de merecimientos sino de resultados? Si se quiere (y puede) ser positivo, podemos notar cierta mejoría en cuanto al funcionamiento del equipo en los primero 15 o 20 minutos mostrando un poco más de intensidad, pero después, el Globo fue "lo de siempre".

Ser lo de siempre es triste, porque eso significa no salir nunca de la mediocridad. También significa estar estancados, sin pensar en lo que viene, sin generar proyectos ni estar preparados para afrontar los nuevos obstáculos que se viven día a día, o en este caso, campeonato a campeonato. Pero por sobre todo, es no estar a la altura de las situaciones que lo requieren, no actuar como corresponde y eso nos lleva al decaimiento del club que tanto queremos.
La arrogancia de siempre, sobrar las situaciones porque nos creemos superiores.Yo imploro para que, ojalá, algún día dejemos de ser tan solo un club de barrio para convertirnos en un modelo a seguir. 

Tal vez, si Lucas Barrios en vez de apuntar y disparar hacia la derecha de Monetti hubiera cerrado los ojos y pegarle un "puntinazo" al medio del arco, hoy la historia sería otra y haría que mis palabras no cobren sentido. Pero para la indignación del pueblo quemero no fue así, y ahora todos nos ahogamos en una tristeza infinita. 

Nada fue lo que esperábamos, en un marco inmejorable se desperdició una chance única para levantar cabeza y afrontar de la mejor manera los partidos restantes por la Copa Libertadores para lograr lo casi imposible; la clasificación.

Ahora, querido Globo, solo nos queda acompañarte, como cada día, como siempre. Sabemos que las victorias se celebran el triple y las derrotas se sufren el doble. Pero nosotros estaremos ahí, en cada partido, así que solo se te puede pedir una cosa; no nos falles. No le falles a aquél que elige pagar la cuota social del club por encima de cualquier cosa. No le falles a los niños y niñas que juegan en las canchas pintadas del Ducó. No le falles a quienes van sin saber que podría ser su último partido o simplemente no le falles a este redactor. Porque nosotros no te vamos a fallar nunca.



Por: Ignacio Sasson (@ignacio_sasson)

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